jueves, 19 de julio de 2012

Cómo ser un desubicado y no morir en el intento


La oficina se abre y la fila de gente entra rápidamente. Han pasado varias horas de espera y los presentes no sólo tienen hambre, sino que también están cansados de estar de pie. Una mujer se acerca a la taquilla con cara de pocos amigos, luego de empujar a las personas y de adelantarse por las malas a punta de insultos. Una vez frente al empleado que la va a atender, le dice con mal tono: “aquí están mis recaudos y te apuras que tengo hambre”. El joven se queda impresionado y le responde cortésmente: “buenos días señora, intentaré hacer el proceso lo más rápido posible”, a lo que la mujer le dice con tono histérico: “¿usted no sabe quién soy yo?, soy la hija de un reconocido político de este país, así que o me atiendes rápido o hago que te tiren ya a la calle”. El muchacho no le respondió la amenaza y se limitó a realizar una llamada telefónica en voz baja. Poco después aparecieron unos policías y sacaron a rastras a la mujer que gritaba descontrolada: “se van a acordar de mi, voy a hacer que los despidan a todos, se lo voy a decir a mi papá”.
Esta señora, aparte de mal educada, es lo que se le conoce popularmente como un ser “Desubicado”. Según el diccionario de La Real Academia Española, dicha palabra significa una persona o cosa fuera de lugar. Pero en nuestro país, este adjetivo se utiliza para señalar a un individuo que no se comporta de acuerdo con las circunstancias y hace o dice cosas inoportunas o inconvenientes. Lamentablemente, estos personajes están repartidos por toda Venezuela y se nos pueden topar en la calle, en el trabajo y hasta dentro de nuestro entorno familiar. Según especialistas en la materia, algunos individuos se comportan de manera inusual sólo para llamar la atención, también reflejan sus inseguridades sobre personas que nada tienen que ver con sus frustraciones o, simplemente, sufren de un gran problema de autoestima que dejan ver con comportamientos irreverentes e inmaduros.
Hemos clasificado de manera jocosa a estos personajes que dificultan el buen desenvolvimiento de las relaciones humanas. Pareciera que en algunas situaciones no piensan antes de actuar de manera errada u ofensiva. Este reportaje va dedicado a este grupo tan pintoresco como curioso, para que se terminen de “ubicar” de manera positiva.




Gentilicio desubicado:

La fea que se cree bella: este es uno de los casos de desubicación más comunes en nuestro país y tristemente se aplica en ambos sexos. Se trata de personas poco agraciadas físicamente pero su inseguridad les hace creer que son los Brad Pitt o Angelina Jolie del lugar. Miran a la gente de reojo, son maleducados, altaneros y creen que todo el mundo es feo, menos ellos. Algunos visten muy mal pero critican los trapos de sus semejantes. Otros se gastan un realero en ropas costosas y de marca, pero bien lo señala el dicho: aunque la mona se vista de seda...
Tratamiento recomendado: detallarse en un espejo antes de emitir un juicio contra los demás. Quererse un poco más y terminar de entender que la belleza física no lo es todo en este mundo.



El rico de mentira: triste caso que hace que alguien de escasos recursos se gaste lo poco que gana en lujos para poder aparentar. Tienen lo último en tecnología, visten bien y hasta han llegado a viajar al extranjero. Sin embargo, viven endeudados, habitan en lugares escasos de opulencia y ha veces ni tienen para comer.
Tratamiento recomendado: arroparse hasta donde le alcance la cobija. Vivir feliz con lo que se tiene y darse cuenta que el dinero no da la felicidad, sino bienes materiales que no se llevarán a la tumba.

El rico nuevo: se comporta de manera desfachatada, vive demostrando a todo el mundo que tiene dinero a través de artículos de lujo que muestra públicamente. La mayoría de ellos son maleducados, carentes de tacto, cara duras, tienen mal gusto y pretenden que todo el mundo les brinden pleitesía. Todo lo quieren comprar con real: el amor, los amigos, los bienes de otros y más. Siempre son la burla de los que realmente nacieron en cuna de oro y nunca aprenden que con la clase se nace, no se hace.
Tratamiento recomendado: aceptar que la ordinariez no se quita con dinero, aplicar el dicho que dice que “menos es más”, o sea, el recargo no le queda bien a nadie. Asumir que el dinero no lo puede comprar todo.




El sabelotodo: este espécimen se encuentra comúnmente en las oficinas y en sitios de trabajo. Es que el se la sabe todas y más. Quiere meterse en el trabajo de los demás, emite opiniones sin que nadie se lo pida y se cree jefe del lugar sin serlo. Odia las críticas porque se considera perfecto y cuando no conoce un tema, se la inventa para no quedar mal ante la gente, así como aquella concursante de un evento de belleza que aseguró que Confucio fue quien inventó la confusión y que era un chino japonés.
Tratamiento recomendado: aceptar que no se sabe todo en la vida, que a veces preguntando o escuchando también se aprende y mucho. Considerar el trabajo de sus semejantes y respetar a quienes lo rodean, porque una labor en equipo es más valorada por una empresa que una metida de pata individual.

Los divos: se creen seres especiales y que todo el mundo debe estar a su disposición las 24 horas al día. Estos casos se ven en personas que consiguen ascensos laborales de importancia de un día para otro o porque es “amigo de” o “hijo de”. También incluimos en esta clasificación a personas sin preparación profesional pero creen que están a la par de Albert Eistein. Son de los que llegan tarde a su trabajo y cuando su jefe les reclama, le gritan: “bótame si quieres”, pero se les olvida que tienen cuatro hijos que mantener y que su nivel de estudio a duras penas llegó al bachillerato. Si se les quiere dar trabajo pretenden que se les suplique y algunos llegan al colmo de exigir un sueldo superior al del gobernador y ponen más condiciones que un cantante famoso a la hora de querer trabajar. Como compañero de labores son creídos, petulantes o caras duras.
Tratamiento recomendado: la humildad. Entender que no todo el mundo está dispuesto a complacer sus caprichos. Valorar más su puesto de trabajo y más en esta época de crisis.




El macho peleón: mal sufrido principalmente por el sexo masculino. Desde una mirada hasta un tropezón sin malas intenciones puede despertar su furia descontrolada, que va a acompañada de malas palabras, atropello físico y, en algunos casos, la exhibición de su arma, llámese pistola, chuzo, cuchillo u otro objeto punzo penetrante. Son alzados, altaneros, se creen los súper machos y nadie puede contra ellos. Son los que terminan peleando en una fiesta, feria o hasta en su propia boda.
Tratamiento recomendado: paciencia extrema. Se les debe recordar que el diálogo es la mejor vía para el entendimiento humano. En cuanto al arma, que se la decomisen de inmediato.

El enchufado: es el que se cree que conoce a todo el mundo, que los personajes más famosos o de renombre son sus amigos y que quieren solucionarle el problema a los demás con frases tan mentirosas como: “tranquilo, que yo lo conozco”, “déjamelo a mi, que yo sé como solucionar eso” o “tengo un pana en el gobierno que seguro nos mete la mano en eso”. A la hora de la verdad, quedan mal y terminan escondiéndose de la gente luego que se ven descubiertos de sus mentiras. También incluimos en esta clasificación a los que entraron a laborar con ayuda de un jefe de la empresa y terminan creyéndose los dueños del lugar porque se sienten apoyados.
Tratamiento recomendado: la sinceridad. Es bueno ayudar a sus semejantes pero cuando realmente se pueda, no a punta de embustes e historias inventadas.

La perdida: mayoritariamente se ven estos casos en algunas féminas, que se pueden ver en concursos de belleza, academias de modelaje y en todo lo relacionado con la estética y el buen gusto. Conocen poco de cultura general pero creen que con su belleza física todo lo pueden lograr. Viven perdidas en el espacio, porque poco conocen de la actualidad política, cultural y demás ámbitos de importancia social. Sus máximos conocimientos están basados en la moda, el color en boga y en los apellidos de los personajes de alta sociedad. Si desea dejarlas mudas, solo pregúntele quién descubrió el continente americano y las pondrá a pensar un mes entero, para que a la final le respondan: Osmel Sousa.
Tratamiento recomendado: comencemos a culturizarlas con un abecedario y si logra superar esta etapa, entonces pase a un libro de lectura de primer grado.

Para finalizar...
Este reportaje no fue hecho con el propósito de ofender o señalar el comportamiento de ciertos individuos, ni de determinados grupos sociales, sino que fue creado con la intención de reírnos un poco del extraño comportamiento humano. Con estos ejemplos jocosos queremos crear conciencia a las personas, ya que la violencia, mala educación, desfachatez y demás actitudes negativas, no benefician a nadie, ni fomentan el buen entendimiento entre los semejantes.

José Luis Mata - joseluismatasanchez@gmail.com - @Mata_JoseLuis


Video que detalla los problemas de autoestima


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