domingo, 28 de abril de 2013

Katherine Heredia - "Trabajar con discapacitados me cambió la vida"


Profesora de Danza Integrativa Honim


Esta bailarina profesional trabaja junto con la profesora Xiomara Sánchez en un proyecto musical en el cual los protagonistas son jóvenes especiales.


Su amor por el arte y por el grupo de danza integrativa le ha cambiado la vida no sólo a esta talentosa educadora, sino también a los participantes en este grupo musical y a los que han visto sus inolvidables espectáculos.

Hay un dicho popular que reza que “hijo de gato, caza ratón” y parece que este se aplicara a Catherine Heredia, quien heredó de su padre, el fallecido cantante de música criolla Antonio Heredia, el talento el artístico, ya que es bailarina profesional y aplica sus enseñanzas a personas especiales, es por ello que funge como profesora en el Hogar de Niños Impedidos Don Orione. Es tanta la pasión y el amor que tiene esta joven a su trabajo y al grupo de danza, que se refiere a ellos como “mis muchachos” y al hablar de sus alumnos se emociona tanto, que hasta se le saltan las lágrimas.

El grupo se llama “Danza Integrativa HONIM”, proyecto nacido en abril del 2007 y fue creado inicialmente por la profesora Xiomara Sánchez y por Heredia, quienes imparten música y baile a los jóvenes especiales de la citada institución. Seis muchachos conforman esta agrupación, que bailan desde salsa brava hasta reguetón, demostrando con su excelente acto musical que los impedimentos físicos no son limitantes a la hora de crear arte.


- ¿De dónde surgió la idea de impartir clases de música y baile a personas especiales?

- Fue casual, porque en una oportunidad Xiomara y yo coincidimos en un taller que impartía una agrupación caraqueña llamada “Tránsito Danza Integrativa”que hace un trabajo similar al nuestro. Luego de culminar estos estudios, concordamos en trabajar juntas con los muchachos, ya que Xiomara labora en el HONIM impartiendo clases de música y, gracias a este taller, incorporamos la danza a las actividades de la institución. Entonces comencé a ir una vez a la semana, luego dos, hasta que me quedé impartiendo danza para así implementar lo que habíamos aprendido en el curso. Ahora estoy por cumplir tres años con los muchachos y desde entonces ya hemos realizado varios montajes.


- ¿Qué es la danza integrativa?

- Es una amalgama de personas convencionales con discapacitados. La fusión de ambos es una composición en la cual se mezclan los lenguajes corporales de ambos grupos para crear un estilo de baile único, es una especie de integración artística en la cual resalta la humanidad y las ganas de hacer las cosas bien.

 
- ¿En qué beneficia, tanto mental como físicamente, a los jóvenes que participan en esta actividad?

- Les ayuda a fomentar su autoestima. Ya que al principio eran muy tímidos, reaccionaban con recelo al contacto, pero después que iniciaron las clases y realizamos los montajes musicales en público, ahora se sienten más seguros. Puedo decir con propiedad que son artistas, porque tienen disciplina de bailarines, ya que cuando les digo una hora específica para realizar una presentación, allí están en punto y preparados para el espectáculo. Incluso, se van conmigo a ver los espacios donde van a bailar, proponen maneras de moverse y hasta canciones. Incluso me muestran movimientos inventados por ellos para agregarlos a los espectáculos.


- ¿Cuántas agrupaciones de este estilo existen en Barquisimeto?

- A raíz de la labor ejecutada por Danza Integrativa Honim, afortunadamente su ejemplo ha servido de inspiración para que otras instituciones de educación especial también estén haciendo trabajos similares, entre ellos El Pequeño Cotolengo y el Instituto de Educación Especial Lara que está ubicado en Patarata, por citar dos de las que están realizando la misma labor.


- Normalmente, los bailarines tienen sus cinco sentidos bien puestos y eso facilita el trabajo, pero en tu caso, estos jóvenes tienen limitaciones físicas, ¿qué es lo más difícil de trabajar con gente especial?

- He trabajado con ambos grupos, tanto con personas convencionales como con gente especial, y me resulta fácil laborar con estos últimos. Tienes sus días, como cualquier ser humano, en los cuales están más sensibles y no quieren trabajar, pero honestamente no hay mucha diferencia entre los dos grupos a la hora de realizar una labor. Lo que sí tienen los chicos especiales es que son un poco más lentos, pero a la hora de la presentación rinden 100%, dan lo mejor de sí y el resultado final se ve sobre el escenario.


- ¿Cuántos jóvenes participan en esta iniciativa?

- Hay cuatro fijos que están en sillas de ruedas y tres que se unen de manera eventual, ya que algunos están trabajando y otros tienen discapacidades físicas que les impiden ensayar de manera continua con nosotros.


- ¿Qué edades tienen estos bailarines especiales?

- La menor tiene 16 años y el mayor 27.


- Por tener un grupo joven a su cargo, ¿alguno de ellos no tiene un comportamiento rebelde, típico de su edad?

- Claro, hay dos o tres que se me ponen rebelde de vez en cuando. A veces les da por no querer trabajar o ese día andan fastidiados. Al principio fue un poco difícil para mi, pero con el tiempo se han ido acoplando porque les gusta lo que hacen.


- ¿Qué tipo de música bailan en sus montajes?

- Estamos trabajando con lo que la profesora Xiomara Sánchez cataloga como “La diversidad musical universal”, ya que musicalizamos el más reciente espectáculo con el bolero de Ravel, un flamenco, un reguetón, un tango y hasta con salsa brava.


- ¿Pero la salsa brava no es un ritmo difícil de bailar para una persona con discapacidad?

- ¡No te creas! Para tu asombro, los mismos muchachos la escogieron. Inicialmente les llevé un disco compacto con varias salsas de melodías más suaves y, entre ellas, estaba la canción “Cuero na´más” de Fania, entonces les gustó fue ese tema. Les insistí que era muy rápida para que ellos la bailaran, pero ellos se empeñaron en la canción, la ensayamos y le saben llevar el ritmo perfectamente. Le ha gustado tanto a la gente su actuación, que incluso en el portal de videos Youtube.com hay un corto con ellos danzando esta canción de la Fania.


- En Venezuela tenemos poca educación y conciencia de lo que es un ser discapacitado, ¿no les produce un choque emocional al público cuando ven a estos muchachos actuar en un escenario?

- Xiomara y yo hemos visto todo tipos de reacciones, algunos de los asistentes al espectáculo lloran, mientras que otros aplauden emocionados, pero en lo que todos concuerdan es que ven la actuación de los muchachos como una lección de vida. Ya que se dan cuenta que estos jóvenes realizan una excelente actuación a pesar de sus limitaciones físicas, mientras que el resto, los que tenemos los cinco sentidos bien puestos, a veces nos eximimos de realizar cosas porque creemos que no podemos hacerlas. Igualmente, la gente se asombra con el nivel profesional y seriedad de los bailarines cuando ejecutan su espectáculo.


- ¿Y sus bailarines cómo se toman las presentaciones?

- Muy bien. Debo decir que son profesionales a carta cabal, ya que se toman muy en serio el trabajo, cumplen con sus ensayos, proponen movimientos y están en punto a la hora indicada para el espectáculo.


- Se puede decir que ustedes han sido los precursores de esta modalidad de danza en nuestra región, ¿cuentan con el apoyo de algún ente gubernamental para seguir realizando esta labor?

- Lamentablemente no contamos con ello. El hecho está que estamos necesitando dos sillas de ruedas de las que se le conoce como “Sillas deportivas”, para que dos de los muchachos puedan bailar cómodamente. Hemos pedido ayuda en reiteradas ocasiones y no recibimos respuesta alguna hasta la fecha. Afortunadamente, otras instituciones y eventos nos han brindado apoyo y hasta hemos realizado actos de aperturas en festivales y otros eventos culturales, como el IV Encuentro de Mimos, el XVII Festival de la Oralidad, en el Encuentro Nacional de Gimnasia y más.


- ¿Esta actividad le ha cambiado la vida?

- Trabajar con discapacitados me cambió la vida un 100 %, porque ellos me transmiten una energía diferente, que no había experimentado antes. En mis años como bailarina, mi prioridad era que me vieran, que valoraran mi arte sobre el escenario. Ahora, lo más importante es que los muchachos sean las estrellas, que brillen gracias a su gran talento. Tienen un potencial inmenso y los quiero ayudar a que lo exploten.


- ¿Y la de ellos, cambió también?

- ¡Por supuesto que sí! Xiomara me cuenta que cuando ella llegó por primera vez al lugar, los muchachos no se movían, no se soltaban. Ella fue ayudándolos a expresarse a través de clases de música y en la actualidad son jóvenes muy despiertos, animados. Ahora laboran junto a ella con el coro de campanas y de manos blancas, tocan instrumentos y hasta tienen un grupo folklórico. Entonces se nota la gran diferencia, de pasar a estar sentados haciendo nada a bailar y tocar instrumentos, entonces es un gran cambio de vida.

- Después de esta experiencia, ¿cómo ve la discapacidad?

- Para la mi la discapacidad es un concepto muy relativo. Creo que todos los seres humanos tenemos nuestras limitaciones. Hay una frase que aprendí en el taller de danza integrativa que señala “ser diferente es algo común” y, es cierto, todos somos diferentes.


José Luis Mata - joseluismatasanchez@gmail.com - Febrero 2010

FOTO CRÉDITOS: Naguara.com y Ricardo Marapacuto

 
 

Para Heredia su labor también está llena de amor
 
 
 
Video del grupo de danza
 

















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