viernes, 17 de febrero de 2012

Dirk Bausdorf - “El muro no existe, pero los alemanes seguimos separados”


El pasado nueve de noviembre se celebraron 20 años de la caída del muro de Berlín, un kilométrico paredón que dividía a Alemania en dos debido a diferencias políticas. Hoy, su desaparición es un hecho histórico que representa un ejemplo de libertad y unificación ante el mundo.

A pesar de tiempo transcurrido y de que Alemania está unificada desde entonces, aun existen grandes diferencias entre los alemanes del este y el resto de sus paisanos.

Después del derrocamiento de Hitler y el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuatro países se unieron para ayudar a levantar de los escombros a Alemania: Estados Unidos, Francia, Inglaterra y la desaparecida Unión Soviética (URSS). Con el tiempo, la mayoría de ellos se fueron retirando de la República Federal Alemana luego que esta lograra democratizarse, pero los rusos lograron acuerdos con un nutrido grupo de políticos germanos y así nace a finales de los 40 la República Democrática Alemana (RDA). Conformada por un conjunto de ciudades del este del país y constituida bajo un régimen comunista disfrazado de socialismo, deciden separarse del resto de Alemania debido a diferencias políticas. Entonces, el 13 de agosto de 1961 se construye un muro que dividió en dos a Alemania y quien intentara cruzarlo, era considerado un traidor a la patria. Denominado como "Muro de Protección Antifascista" por la RDA y apodado "Muro de la vergüenza" por parte de la opinión pública occidental; este se extendía por 45 kilómetros que dividían a la ciudad de Berlín en dos partes, más 115 kilómetros que separaban a la parte occidental del territorio de la República Democrática Alemana. Fue uno de los símbolos más conocidos de la Guerra Fría y de la separación de este país europeo. Esta muralla dividió a los germanos de manera física, política y hasta ideológica. Pero lamentablemente de la Alemania del este no llegaban buenas noticias, ya que la prensa habló de torturas, violaciones de los derechos humanos y más. Hasta que un nueve de noviembre de 1989, el régimen que por años fue apoyado por la URSS y que costó tantas vidas de seres inocentes, se derrumbó al igual que el gran paredón que distanciaba a los alemanes. Dirk Bausdorf creció y vivió en la RDA, y en una franca conversación con nuestro diario, nos detalló el estilo de vida de la desaparecida República Democrática Alemana.

- ¿Cómo era la vida en la RDA antes del caer el muro?
- Era tranquila y segura. Nací en una zona campestre, cerca de la frontera de Alemania con la República Checa. Cuando cumplí cuatro años de edad, mi familia decidió radicarse en Berlín, pero como crecí bajo el régimen socialista, no podía comparar los estilos de vida de las dos Alemania, ya que nunca había estado del otro lado del muro.

- ¿Qué les incomodaba de vivir bajo un régimen socialista?
- Nos incomodaba un poco el hecho de no tener libertad de viajar donde quisiéramos, sino por los países aliados a la RDA como Polonia, Cuba y más. Pero ya estábamos acostumbrados a esa regulación, ya que desde la década de los 40 estos reglamentos existían y muchas generaciones habíamos crecido con ello.

- ¿Se percibía algún clima de presión o abuso de autoridad en tu país para aquel entonces?
- Sí lo había y lo viví en carne propia. Resulta que mi abuelo había escapado a la Alemania capitalista en 1978 y cuando quise estudiar medicina en la universidad, fui rechazado de plano como medida de represalia por la partida de mi abuelo. Lo más triste era que tenía buenas notas y las mismas cubrían el porcentaje exigido por el centro de estudios. Pero cuando cayó el muro, me enteré cuál fue la verdadera razón de la huída de mi abuelo, resulta que mi tía, su propia hija, lo había denunciado ante el gobierno como traidor a los ideales de la RDA, ya que ella trabajaba como espía para la Staasi (Ministerio de Seguridad del Estado). En aquella época esto era un hecho común, ya que el 20% de la población era pagada por el gobierno para que espiara a sus familiares o vecinos.

- ¿Alguien más de su familia logró pasar la frontera entre las dos Alemania?
- Sí, mi tío. Él consiguió un permiso legal que le permitía radicarse en la Alemania capitalista, pero su decisión trajo graves problemas a mi familia, ya que el renunciar al socialismo significaba un gesto de traición en la RDA y las consecuencias las pagaron mis padres, quienes querían construir una universidad y si la familia completa no estaba inscrita en el partido socialista, entonces no podían hacer nada, ni conseguir los permisos.

- ¿Había libertad de expresión y de pensamiento?
- No existían tales libertades, porque los medios eran exclusivamente socialistas y el gobierno tenía prohibido cualquier contacto de la sociedad para con la prensa o la radio capitalista. Aunque en Berlín les costó evitar que la gente viera y escuchara los programas de la otra Alemania, la capitalista, porque era imposible controlar las ondas que nos llegaban desde allí debido a la cercanía.

- ¿Cómo era la educación para la época?
- Muy buena porque aprendimos de todo, era un pensum muy completo. Incluso llegamos a aprender idiomas como inglés, francés y ruso.

- ¿Cuál era el lado positivo de vivir en la RDA?
- La seguridad era uno de los puntos más positivos del país, ya que los índices de delincuencia eran casi nulos. Como todo el mundo ganaba el mismo sueldo, entonces no había envidia y nadie pensaba en robarte porque todos tenían el mismo nivel económico. También aprendimos a valorar nuestro cuerpo y ha aceptarlo como algo natural de lo que uno no debe avergonzarse, es por ello que habían tantas playas y clubes nudistas. Igualmente, tuvimos educación etílica, ya que allá nos enseñaron a disfrutar de las bebidas alcohólicas sin llegar a extremos, ni emborracharnos.

- ¿Y el lado negativo?
- Pues, quien contradecía los ideales del gobierno, era encarcelado, torturado y hasta asesinado. Al centro de detención grande más de la RDA se le conocía como “El infierno amarillo”, porque era un edificio con ocho pisos subterráneos y estaba pintado de ese color.

- ¿Qué representaba el muro de Berlín para los alemanes del este?
- Debo aclarar que el muro no estaba sólo en Berlín, sino que abarcaba una gran área de tierra. Nosotros aprendimos que este paredón era importante para nuestra seguridad y protección, porque nos separaba del mundo capitalista y se suponía que éste nos podía brindar malos ejemplos y así lo creíamos, porque en la Alemania del este no había criminalidad, ni adictos a las drogas, tal como se podía ver en las noticias de la televisión del lado capitalista.

- Si alguien llegaba a saltar este muro de manera ilegal, ¿qué pasaba con esta persona?
- Muchos lo intentaron. Algunos murieron por accidente, ya que para salir de la frontera que dividía a Alemania, habían dos cercas muy altas de alfajor, tapizadas con alambres de púas y tratando de saltarlas, la gente moría porque se caía de las mismas. El que lograba pasar estas paredes, se encontraba con un terreno minado a sólo pocos centímetros del muro. Así que si no morían saltando los paredones, los mataban las bombas en el suelo. El gobierno socialista las colocó allí para evitar que la gente escapara.

- A pesar del muro que los separaba tanto físicamente, como de manera política, ¿sentían que formaban parte de un mismo país?
- Lamentablemente no. Hubo y siguen existiendo grandes diferencias entre los alemanes del este y los del resto de Alemania. Recuerda que no tuvimos la misma educación, ni los mismos valores, ni los mismos ideales políticos, ni sociales. Hasta el idioma nos diferenciaba, porque usábamos palabras que eran desconocidas en la Alemania capitalista y viceversa.

- Con tantas restricciones, ¿cómo logra escapar de la Alemania del Este?

- Me fui de vacaciones a Hungría en septiembre de 1989. En Budapest me enteré que muchos alemanes del este fueron a pedir asilo político en la embajada de la Alemania capitalista ubicada en esta ciudad. Entonces decidí unirme a ellos. Poco después el muro cayó y Alemania se unificó.

- ¿Qué pasó después de la unificación de Alemania?
- La gente del este corrió desesperada hacia el lado occidental. La mayoría de ellos se endeudaron comprando artículos de lujo como video grabadores, equipos de sonido, carros y demás artefactos que no se vendían en la RDA. También muchos comercios del este quebraron en sólo días, porque los socialistas preferían adquirir los productos capitalistas. Pero a pesar de toda esta locura, también sintieron que no eran bienvenidos a la otra Alemania y un gran grupo de personas decidió regresar.

- ¿Todavía hay gente que defiende los ideales de la Alemania socialista?
- Sí. Sobre todo los ancianos, la gente conservadora y los que vivieron del gobierno. Pero a pesar de los años, aún existen grandes diferencias entre los alemanes del este y el resto de Alemania, porque todavía no hemos logrado la tan ansiada unificación ideológica.

José Luis Mata - joseluismatasanchez@gmail.com - @Mata_JoseLuis

Noviembre 2009


El muro que separaba a Alemania en dos fue derrumbado en 1989


Construcción del muro en 1961


Mapa turístico de los 80´s que mostraba las líneas limístrofes del Muro de Berlín


La caída del muro fue noticia en todo el mundo


Alemanes celebrando la caída del muro que separaba en dos a Berlín


Sólo estos trozos del gran paredón quedan exhibidos en el centro de Berlín



Foto que me tomé en Berlín cuando visité los históricos paredones


Reportaje de la Televisión Española sobre la caída del muro


1 comentario:

  1. Muy buena nota, muy interesante. tengo una compañera de intercambio alemana que es de Berlin y siempre todo en argentina le preguntamos la tipica pregunta "del este u oeste? Ya cansada de responder nos dice -del este con una sonrisa, por eso tenia la incertidumbre de qué tan diferentes eran las dos alemanias y con esta nota lo comprendí muy bien. Saludos!!!!!!!! :)

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